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"El mundo gozoso y sesentero de Malick"

Se diría que lo suyo es puro swing. Se diría que están felices. Son jóvenes. Bailan. Tienen todo el tiempo del mundo. Disfrutan juntos, sin más. Amorosos. Así son muchas de las fotos de Malick Sidibé (Malí, 1936): libres, relajadas, despreocupadas... Una parte de África desconocida y gozosa. Algunas de ellas se pueden ver ahora, hasta el 23 de abril, en la galería Trinta arte contemporánea, de Santiago de Compostela.

Y ahora que está de actualidad por noticias político-militares, que son siempre las peores para un país, no queda más remedio que pensar en lo mucho que Malí representa para la fotografía africana y más allá. Como ya contamos en otra entrada, la Bienal de Bamako es referencia imprescindible para describir lo que se cuece en el continente (y en la diáspora); un punto de encuentro internacional de profesionales y amantes de la imagen, y uno de los eventos que muestran lo abierto al mundo que suele ser Malí, tan distinto a esas fronteras cerradas de hoy mismo, tras el reciente golpe de Estado y los disturbios del Norte.

Quizá por eso viene bien recordar a Sidibé (1936), un hombre que retrató con maestría el África social de esos años de aire nuevo y esperanza, los cincuenta y sesenta, y que ha sido, entre otros, premio de la Bienal de Venecia en 2007 (era la primera vez que un africano recibía tal distinción); premio PhotoEspaña Baume et Mercier en 2009 y World Press Photo en 2010. Desde que fue descubierto en uno de los primeros Rencontres Africaines de la Photographie en Bamako allá por 1994, Sidibé es de un modo u otro protagonista de todo evento fotográfico en y sobre África. En la última edición de los Rencontres lo fue al hilo de su obra clasificada y archivada en el Museo Nacional de Malí, que produjo hace tiempo un corto sobre él (realizado por Susan Vögel, ver comentario) junto a dos de sus paisanos: Abdourahmane Sakaly y Soungalo Malé.

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