Obras da Colecção Daros LatinoAmérica em Buenos Aires
Publicado24 Ago 2015
Imagem: Rosângela Rennó, arquivo da prisão de Carandiru, São Paulo
São 41 obras agora expostas na Fundación Proa, em Buenos Aires, da Colecção Daros, criada nos anos 80 e que formou uma secção especialmente dedicada à América Latina, que passou a estar acessível ao público, no Rio de Janeiro, apenas até Dezembro de 2015. É deste conjunto os trabalhos que se mostram agora em Proa, que inclui artistas argentinos e constitui uma reflexão sobre realidades extremas no continente.
"Amor” marcado a tinta: la sensualidad extraña de una piel dura con letras delineadas por filosas agujas da lugar a un tatuaje junto al corazón. Fotografiado en primer plano, el dibujo-cicatriz es parte de los fabulosos archivos fotográficos encontrados por la artista brasileña Rosângela Rennó en el museo penitenciario de la cárcel de Carandiru, en San Pablo; y es parte de su obra “Sin título (Tatuaje 4)”. Dejando de ser solamente privado –ni aun un límite entre lo privado y lo público, tampoco entre lo personal y lo social–, el cuerpo deviene en el trabajo de Rennó una plataforma curtida y frágil a la vez, castigada, sensible, agredida y expresiva: una plataforma humana demasiado expuesta (indicio de la violencia del contexto en el que habita). Y esta es una de las constantes más importantes, en la muestra Colección Daros. Latinamerica –curada por Katrin Steffen y Rodrigo Alonso– que actualmente puede verse en la Fundación Proa: la violencia, y cómo se manifiesta a través de las obras. Las representaciones del cuerpo y de determinados objetos surgen como evidencias o emergencias de situaciones agresivas, tensas, extremas. Las obras devienen así terminantes llamados de atención sobre situaciones puntuales ubicadas geográficamente en América Latina: ciertos conflictos políticos, sociales, económicos. Entre todos, los presentados en los trabajos de los artistas colombianos y mexicanos llevan la delantera porque abordan de manera contundente estados recientes, sincrónicos, de esos países. Lo hacen crudamente, sin anestesia: la mexicana Teresa Margolles y su “Trepanaciones. Sonidos de la morgue”, un simple par de auriculares y esos sonidos grabados, audibles, es de las obras más potentes de la muestra y, de tan dura, prácticamente insoportable; “Mugre”, del colombiano Rosemberg Sandoval –pinta una pared refregando sobre ella a un hombre de la calle, de un lado para el otro, dejando el rastro de su suciedad sobre el muro-; “Sin título”, de la colombiana Doris Salcedo –el mueble relleno de cemento, inamovible, clausurado, opaco, obturado–… Todas condiciones de prueba acerca de la resistencia y la sobrevivencia, que parecen un denominador común en esta exposición.
Texto completo em Marcas en el cuerpo