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In Ramallah, Running

Published11 Jul 2012

Tags literatura médio oriente


In Ramallah, Running

Guy Mannes-Abbott

Edited by Guy Mannes-Abbott and Samar Martha

Introduction by Jean Fisher

Contributions from Jananne al-Ani, Francis Alÿs, Najwan Darwish, Emily Jacir,

Olaf Nicolai, Paul Noble, Khalil Rabah, Adania Shibli, Mark Titchner, Sharif Waked.

Co-produced by ArtSchool Palestine & Sharjah Art Foundation

Black Dog Publishing

Publication date: 26th July 2012

Paperback 160 pages 32 colour plus b/w ills 260 x 190 mm Price £19.95 

"I read it in one breath. A cunning simplicity of writing the complexity of today’s Palestine, through the alleys, roads, streets, hills, valleys, days and evenings in and around Ramallah, charged me with love of the art of writing, of Palestine... You showed me my place and made me hear my story. I loved the piece without limits."Mourid Barghouti, Palestinian Poet and author of classics memoirs; I Saw Ramallah & I Was Born There, I Was Born Here.

In Ramallah, Running represents Guy Mannes-Abbott's uniquely personal encounter with Palestine, interweaving short, highly condensed texts with longer, exploratory essays at the place. International artists and prominent writers have responded to the texts with newly commissioned works.

The principal text is a series in 14 parts, alternating running within the limits of the city and walking out from it to, along, beyond and off limits, discovering how insidiously mobile those limits are under Occupation. With singular style and compelling force, Mannes-Abbott generates a very special intimacy with a rarely seen or experienced Palestine; the actual place itself, the people in their place.

Jean Fisher contributes a substantial introductory essay, while the poet and critic Najwan Darwish and novelist Adania Shibli have written further captivating responses. Visual contributions include a project linked to a pair of paintings by Francis Alÿs, drawings of stoney aridity with ambiguous structures by Paul Noble, and a searingly intimate journal-based piece by Emily Jacir.

Jananne al-Ani, Khalil Rabah and Mark Titchner contribute varying photography-based projects focused on the place and its relationship to the body and word. Olaf Nicolai contributes an angular text-based project and Sharif Waked highlights the abysmal ambiguities of the political context.

Special thanks are due to Charles Asprey, Zina Jardaneh and Rana Sadik.

For interviews/images/queries please contact:

Guy Mannes-Abbott [email protected] and/or Samar Martha [email protected]

For press/review copies please contact:

Black Dog’s press office on +44 [0] 207 713 5097 or via email [email protected]

Orientalismo: ¿hasta cuándo el malentendido?

Published10 Jul 2012

Tags artes visuais médio oriente


En la Royal Academy de Londres se acaba de abrir la exposición Desde París: cierto regusto impresionista que sin duda hará las delicias de los visitantes de “Londres 2012”, por eso de que al público en general –expertos y no tanto- le encantan los Impresionistas.  Sea como fuere, en este caso concreto la palabra mágica que despierta la curiosidad y alimenta las colas, “impresionismo”, tiene mucho de reclamo, ya que además de Degas, Monet o Renoir, en la muestra organizada junto al Clark Art Institute, se han colado obras que tienen poco de “impresionistas”, a pesar de que en esta muestra se tome la cuestión un poco por los pelos, reflexionando –se explica- sobre las pasiones de los artistas del movimientos hacia los temas relacionados  con el “orientalismo”.  Pero, ¿qué queremos decir con el término en el contexto del XIX parisino y hasta qué punto sigue sin enfrentarse críticamente a lo largo del XX, sigue englobando demasiadas propuestas que poco o nada tienen que ver unas con otras?
Un caso paradigmático de esos malentendidos, tan arraigados en el XIX, es el fabuloso cuadro del realista Gêrome, El encantador de serpientes, que  se exhibe en la muestra y que en su visión colonialista plantea todas las contradicciones que surgen del propio término en éste y en otros discursos desde Occidente. Ahí está el joven, con la serpiente alrededor de su cuerpo desnudo, observado por un grupo que le convierte en parte del exotismo implícito en lo que se escenifica para ser mirado. Redundancia de miradas que aparece sin cesar en las obras de  Gêrome –incluidas  las de harenes- y que reenvía a una hipotética mirada occidental que, desde una posición de superioridad en la historia que se cuenta desde París, observa las escenas “primitivas” desde fuera, sin contaminarse, con curiosidad, sumergida en la lógica del espectáculo.En el suelo y las paredes se dibujan con la precisión de un collage de deseo las ricas decoraciones que, observadas con detenimiento, pertenecen a culturas diferentes, otra vez reunidas por la mirada del viajero occidental que en la leyenda que más circula es capaz de apreciar lo quizás pasa inadvertido para los autóctonos. Pero, ¿autóctonos de dónde, si en los  cuadros de Gêrome los estilos y los detalles se mezclan, si todo  se convierte, sencillamente, en  otredad, en invención, en “oriental” -que es decir nada de mucho?
Esta era la reivindicación del célebre texto de Edward Said, Orientalismo , de finales de los años 70 del XX, en cual el autor y académico norteamericano comentaba cómo en el siglo XIX, desde Europa, Oriente era todo aquello que no era Occidente. Así que cabía todo: el mundo japonés que interesó a los Impresionistas, Egipto o hasta España o Rusia –como comenta Gertrude Stein en su célebre texto sobre Picasso del 1939. Todo se mezcla en la inveosímil fantasía de harén que nadie sabe dónde empieza ni acaba, pero que impregna las imaginaciones hasta bien entrado el XX.  Ahora, al volver a mirar el cuadro en la exposición de Londres, recuerdo de pronto cómo la edición inglesa del texto que manejé, hace ya muchos años, tenía  de portada esta misma imagen de Gêrome que, vista en el curioso “contexto impresionista” que propicia la Royal Academy, vuelve a despertar mis recelos respecto al término mismo y sus usos. 
Tal vez por este motivo, por cierto regusto hacia lo “exótico oriental”, lo lejano, lo otro, que sigue intrigando pese a todo, me parece tan interesante la propuesta que la Fundación Miró de Barcelona presenta para la exposición de Mona Hatoum, la artista de origen palestino y nacida den Beirut, aunque exilada en Londres tras sorprenderla allí el estallido de la guerra del Líbano.  De hecho, si Hatoum se suele leer con frecuencia unida a la noción de exilio y hasta a ciertas connotaciones geopolíticas  relacionadas con la idea del país lejano, culturalmente hablando, de la imposibilidad de volver, de las raíces perdidas  y vueltas a narrar  -como  propone  Measures of Distance (1988),  un trabajo en el cual, tras la una especie de metafórica cortina de ducha se muestra el cuerpo desnudo  y cubierto por los caracteres árabes, las cartas de la madre que se van traduciendo-, en la exposición comisariada por Martina Millà se enfatiza otra posible lectura de la artista, más relacionada con la vanguardia occidental, que prueba el doble origen de Hatoum, ese doble origen que a menudo se suele obviar en favor de sus prácticas más “orientalistas”, las que en el fondo va buscando la avidez  de Occidente también en los artistas actuales. La muestra Proyección de Mona Hatoum, ganadora del prestigioso premio Joan Miró  -concedido por la Fundación Joan Miró y la Obra Social “la Caixa” y cuya dotación de 70.000 euros ha donado para ayudar a jóvenes artistas a estudiar en la University of the Arts en Londres- desvela de forma clara lo que ocurre con los artistas provenientes de otras culturas e instalados en Occidente: su doble pertenencia, sus dobles influencias. 
No faltan en la muestra  de la Joan Miró alusiones a esa geopolítica, como ocurre en las cartografías o en Bukhara (2009), mapa desdibujado sobre una alfombra “persa”. Sin embargo, el malentendido dura poco, pues la alfombra “persa” se convierte de repente en Turbulence (2012) , la impresionante alfombra de  canicas de diferentes medidas, un prodigioso malentendido que poco o nada tiene que ver con lo previsible y el origen: si la pisáramos perderíamos el equilibrio, rodaríamos. Así que ahí están en los dos extremos Gêrome y Hatoum, redefiniendo unas historias que buscan en el caso de Londres refrendar la inercia de la historia y en el de Barcelona  quebrarla, igual que ese suelo de canicas que rueda y rueda en una increible metáfora de la transformación. 

in El País.
 

"Against Monuments"

As an exhibition, the New Museum Triennial is still so young that it seems almost premature to call it a New York institution. Yet in just its second iteration, “The Ungovernables,” which runs through April 22, the show has already established the very thing that even veteran surveys of contemporary art would envy: a clear identity, and one that doesn’t seem redundant with either the concurrently running Whitney Biennial –the sprawling, uptown event whose intense emphasis this year on time-based media such as film, music, and performance makes it the antithesis of the compact New Museum exhibition—or the various other museum-sponsored roundups like PS 1/MoMA’s “Greater New York.” Focusing especially on work made by very young artists––the first Triennial went by the asinine name of “Younger than Jesus”––many of whom are based outside the US and Europe, the exhibition brings a surprisingly underrepresented perspective on recent art, no easy achievement in a city with a gamut of commercial galleries and museums. The current show also tries to make a case for reading the work on view amid the political upheaval and messy, unfinished pursuit of democracy that has marked much of the developing world, but the artists don’t fit into this frame as snugly as the curators want to suggest.

The exhibition includes work by thirty-four artists or collectives, few of whom have previously been seen in New York. A large majority hail from countries other than the United States, with a preponderance of Latin American, Middle Eastern, and Asian artists. Curator Eungie Joo has emphasized the fact that many come from countries whose post-1970s existence—a span during which most of these artists were born—was marked by economic and political uncertainty: they were ungovernable in the pejorative, failed-state sense. But she also wants to underline the creative resistance and flexibility of young artists, in which she hears spiritual echoes of the ANC’s embrace of “ungovernability” as a political strategy against apartheid (the term was coined with the Soweto riots and the call to make South Africa positively ungovernable). In the catalog accompanying the show, Joo links the idea to continuing democracy movements across the globe, from the Arab Spring to the Occupy demonstrations.

Continuar a ler na The New York Review of Books.

artigos sobre a 'Primavera árabe' na revista do IPRI

No site do IPRI (Instituto Português de Relações Internacionais) disponibilizam-se artigos de opinião, recensões e working papers sobre a actualidade política sendo, neste momento, também possível consultar o 30.º número da revista editada pelo respectivo centro de investigação. Os temas desta edição incluem vários artigos internacionais sobre as recentes "Revoltas no Norte de África e no Médio Oriente", para além de perspectivas históricas sobre "Os 'ventos da mudança' e a Descolonização".

Para ler o que é disponibilizado parcialmente ou em versão integral, basta ir aqui.