A Banda Desenhada argentina do século XX
Published7 Mar 2015
Héctor G. Oesterheld, Alberto Breccia, Oscar Blotta, Divito, Aisenberg, Salinas, Robin Wood, Solano López são alguns dos autores de Banda Desenhada argentinos cujas criações ultrapassaram fronteiras, além do incontornável Hugo Pratt que, nascido em Itália, estabeleceu com aquele pais uma forte ligação. Diego Marinelli analisa a história do género na Argentina e a sua influência na Europa, na Revista N, da Clarin
Antes de que la venta de futbolistas fuera capaz de sumar un punto o dos a nuestro PBI, la Argentina exportaba talento en forma de creadores de viñetas. Bajo el paraguas de un formidable entramado editorial que descargaba en los quioscos centenares de miles de revistas cada semana, se desarrollaron numerosas y muy variadas camadas de autores de cómics; un magma creativo sólo comparable con el que existía en las grandes potencias de la historieta mundial: Estados Unidos, Japón y el tándem Francia-Bélgica.
Algunos nombres para ilustrar la cosa. Revistas como El Tony , Patoruzú , Rayo Rojo ,Misterix , Hora Cero , Fantasía , Tía Vicenta , Intervalo , Rico Tipo … Creadores como Héctor G. Oesterheld, Alberto Breccia, Oscar Blotta, Divito, Aisenberg, Salinas, Robin Wood, Solano López, el legendario Hugo Pratt y tantísimos otros. La gran edad de oro de la historieta argentina, que grosso modo se extendió desde comienzos de los años 40 hasta mediados de los 60 del siglo pasado, se desarrolló como causa y efecto de una maquinaria editorial enorme y de alta complejidad que producía el entretenimiento visual preferido por las clases populares, cuyo éxito comenzaría a menguar a partir de la irrupción en la vida hogareña de un curioso aparato llamado televisión.
El declive del modelo industrial del cómic nacional, en algún momento de los locos años 60, generó la aparición de otro territorio en el que los argentinos se sentirían, así y todo, bastante cómodos: el de la historieta de autor. Hasta entonces, los autores –fueran dibujantes o guionistas– eran engranajes de un modelo de producción bastante “fordiano” y encorsetado por géneros tan populares como delimitados (el humor barrial, la fantasía sci-fi, los westerns, los relatos bélicos e históricos, las historias gauchescas), que se fabricaban a ritmo de factoría pakistaní bajo el formato de la narración en episodios (el famoso “continuará”), gancho ineludible de la estrategia comercial de las revistas semanales.