"Como desertar da representação"
Published2 Jan 2015
Na sequência do post anterior, continuamos a propor uma reflexão sobre as imagens e a cultura visual. Hito Steyerl, doutorada em Filosofia, realizadora de cinema, artista e autora do ensaio Is The Museum a Factory? , parte da obra de Franz Fanon - Os Condenados da Terra - para pensar os condenados do século XXI, em que a Internet inundou o nosso quotidiano de milhões de imagens. De que forma esta nova cultura visual afecta a organização de uma sociedade e os seus poderes; o que define a qualidade de uma imagem?; qual o papel da arte neste novo universo?
Steyerl encuentra una lumpenproletarización de las imágenes: ellas, las imágenes, hacen el trabajo. Entiende que todavía vivimos en una sociedad de clases. Pero las clases ahora son “clases de apariencias”: Imágenes de alta y baja resolución: ellas configuran la dialéctica del presente. En este contexto: ¿Qué es exactamente una imagen pobre? Es una imagen de baja resolución, un spam hecho por todos y no consumido por nadie. Son imágenes condenadas por la violencia de la historia: “Una imagen pobre es una imagen que permanece irresuelta: enigmática e inconclusa por el descuido o el rechazo político, por la falta de tecnología o financiamiento, o por tratarse de registros apresurados o incompletos captados bajo circunstancias riesgosas.” A pesar de este riesgo al que son sometidas, muchas imágenes pobres están condenadas a ser copiadas, replicadas, estereotipadas y ripeadas. Steyerl está hablando de las imágenes jpg, pero también está hablando de los imaginarios estereotipados y de las imágenes que hacen roce con la época.
La hegemonía cultural parece ser el imperio en el que un tipo muy particular de imágenes pobres se invisibilizan; repetidas hasta la apoteosis, debajo de las imágenes tuneadas por el photoshop (aquellas imágenes pobres con las que la publicidad lucra), se imponen imágenes más pobres, subterráneas, en las que se puede rastrear la genealogía de la pobreza tecnológica de los panfletos de carbón anarquistas o los panfletos de los obreros de principios del siglo XX. La de estas otras imágenes es una pobreza potente. En este contexto de producción y circulación de las imágenes los materiales resistentes o disidentes desaparecen de la superficie de circulación para ser confinados a la oscuridad de los archivos o al subsuelo de las colecciones alternativas, donde a pesar de su invisibilidad pasan temporadas de reclusión recargando su potencia, convocando silenciosamente a esa red de citas que las vendrá a rescatar para volverlas otra vez visibles. ¿Es ese uno de los trabajos del arte, volver visible lo invisible?
O artigo completo, de Juan Medoza, em Como desertar de la representación